sábado, 8 de mayo de 2010

EL BARZA ES INALCANZABLE...

Todo esta casi consumado en la liga española, el Barza ganó 3 a 2 al Sevilla y solo lo separa una fecha de proclamarse como campeón de la Liga



El 'Día D' fue azulgrana, la 'Hora H' un ejercicio de estilo deslumbrante hasta un final sufrido pero feliz. Durante más de una hora el Barcelona fue absoluto, extraordinario. Marcó tres goles y sometió con autoridad dictatorial a un Sevilla que se quedó con diez pero que, cuando recibía ocasiones en cascada, se encontró con dos goles en dos minutos. Al Barcelona le pesaron sus despistes pero templó el pulso y controló un final en el que no debió sufrir tanto pero en el que terminó amarrando medio alirón, el otro medio pendiente de un triunfo en el Camp Nou ante el Valladolid: Punto de partido con saque y en su superficie favorita.

Los caminos inescrutables del fútbol convirtieron una goleada de manual, que apuntaba a escándalo, en un thriller hipertenso. Un paseo en un trance final que se le hizo al Barcelona largo y nervioso. Eterno como metáfora de todo el campeonato. El tesón del Real Madrid ha convertido la Liga en un camino eterno, un sprint constante que parece por fin avistar un final feliz para el Barça. La carrera es desde luego hermosa. Uno no cede en la presión, el otro acude a cada réplica. Un diálogo que tiene la Liga todavía en vilo y desde hace mucho partida, con todos los demás a un mundo de puntos y un universo de sensaciones.
El gran mérito del Barcelona parece a estas alturas ese por encima de cualquier otro: no fallar nunca, driblar a un perseguidor fanático e implacable. Liga con dos caras vivida a velocidad de crucero. Cristiano Ronaldo como el Coyote, tendiendo todas las trampas; Messi como el Correcaminos, escapando y sobreviviendo, agotando sus recursos.

Se obligó el Barcelona a sufrir y terminó pidiendo la hora, consumido por el pánico al fracaso, el miedo a lo inexplicable. Sombras del pasado amenazaron desde una puerta que se había entreabierto en tres minutos que alimentaron la sombra del fatalismo. En dos latigazos, en dos instantes, el Sevilla convirtió un 0-3 en un 2-3. Desde la tumba y con la condescendencia de una hasta entonces impecable defensa azulgrana, Kanouté y Luis Fabiano reescribieron el guión del partido y agitaron el Pizjuán. Y el Bernabéu.

Durante muchos minutos fue campeón el Barcelona. Al menos durante un puñado recobró el pulso el Real Madrid. Los goles le caían al Athletic y los minutos a un Sevilla que, con diez, ya no llegó a tiempo de asustar más.

El estilo como arma definitiva


Hasta ese borrón final, tan innecesario, la respuesta del Barcelona había sido extraordinaria. Como en Villarreal, contestó a la presión y al ambiente hostil con un ejercicio espectacular de estilo. Redujo al rival a la nada y dominó el partido hasta crear un tornado de ocasiones. Y lo hizo desde la cantera porque Guardiola ha entendido que será desde ella o no será.


Con los millones en el banquillo (Ibrahimovic) o en la grada (Chygrynskiy), ocho canteranos dibujaron al mejor Barcelona en una primera parte sublime. Con Xavi y su sóleo al mando, con Alves como puñal y con su tridente de La Masía como dinamita. Messi-Bojan-Pedro fue la apuesta y Messi-Bojan-Pedro fue la cuenta goleadora del Barcelona.
El argentino nada más comenzar, gol instrumental, tras jugada de Maxwell. Bojan tras asistencia genial de Xavi y Pedro en acción, otra más, mezcla de oportunismo y calidad. Desde ahí hasta los goles del Sevilla, paradas de Palop y remates a bocajarro, al limbo. Rondos y arquitectura infinita de fútbol, el balón dominado por clase y presión, el rival anestesiado, acomplejado y noqueado por la expulsión de Konko.

Con la Champions en juego más allá del favor al Real Madrid, el Sevilla resultó decepcionante pese al golpe de suerte que finalmente sólo maquilló el resultado. Corrió y corrió detrás de los jugadores del Barcelona pero robó poco y tocó menos, nunca con profundidad o sentido. Busquets gobernó el centro del campo para cubrir la espalda de un Xavi que encontró siempre la forma de regir el destino del juego. Messi y Alves trenzaron y trenzaron casi siempre cerca de Palop. Por eso, por la excelencia de tantos minutos, cuesta tanto entender ese trance final que pudo costar una Liga.


Quizá sea el destino y quizá necesitaba el Barcelona verse así, al filo de lo imposible y con el terror carcomiéndole, para terminar de liberarse del fatalismo, de la derrota que llega por el temor a la derrota. Esta vez puede decir que sobrevivió cuando pudo naufragar y podrá recordar que durante tres cuartas partes del partido fue único y excelso, con la personalidad y la figura que le hace líder, con 96 puntos y punto de partido a su favor. En el Camp Nou y ante el Valladolid. Ese era el objetivo, llegar hasta allí a través de los valles (Deportivo, Xerez, Tenerife) y las montañas (Espanyol, Villarreal, Sevilla) del calendario. Queda el estoque, traspasar la frontera final. Punto de partido. Saca el Barcelona...


INCIDENCIAS

Sevilla 2: Palop; Konko, Fazio (Squillaci, m.27), Escudé, Adriano (Lolo, m.67); Jesús Navas, Zokora, Renato (Stankevicius, m.61), Capel; Luis Fabiano y Kanouté.


Barcelona 3: Víctor Valdés; Dani Alves, Puyol, Piqué, Maxwell (Abidal, m.65); Busquets, Xavi (Touré Yaya, m.87), Keita; Pedro, Messi y Bojan (Jeffren, m.91).


Goles: 0-1. Min.5: Messi; 0-2. Min.29: Bojan; 0-3. Min.62: Pedro; 1-3. Min.69: Kanouté; 2-3. Min.71: Luis Fabiano.


Árbitro: Alberto Undiano Mallenco (Comité Navarro). Expulsó al sevillista Konko al ver dos tarjetas amarillas (minutos 11 y 55). Además, también amonestó a los locales Luis Fabiano (m.29), Zokora (m.42), Lolo (m.74) y Capel (m.78) y a los visitantes Busquets (m.22), Pedro (m.44), Maxwell (m.54), Xavi (m.72) y Bojan (m.86).


Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de 45.000 espectadores, prácticamente lleno. Terreno de juego en buenas condiciones.

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