martes, 22 de junio de 2010

MISIÓN CUMPLIDA

Argentina se consolida como el gran favorito a ganar la Copa del Mundo, jugando con suplentes le ganó 2 a 0 a Grecia y pasa con puntaje perfecto




El que no tiene fútbol se jugaba la vida y el que lo tiene no se jugaba nada. Uno cambió hasta ocho jugadores con respecto al anterior partido y aún así presentó un equipo de garantías (Milito o Agüero entrando en un lujoso plan B) y el otro perdió sobre la marcha y por lesión, sin tiempo para un toque épico de corneta, a dos de sus escasos baluartes, Karagounis y Katsouranis. Argentina dominó por obligación y ganó por inercia. Será primera de grupo y jugará contra México en octavos. Grecia se puso en manos de uno de los habituales entramados ultra defensivos de Rehhagel, apenas hilvanó juego y se despide del Mundial por la puerta de atrás. La Euro 2004 queda cada vez más lejos y su nivel actual no da para jugarse las habichuelas contra Argentina. Ni contra Argentina B. Ni siquiera contra el plan C, un brindis al sol de Maradona: tuvo minutos Palermo y el veterano delantero marcó el gol que redondeó el marcador.


Todo es felicidad en una Argentina que sin más carne que la justa en el asador ventiló a un rival que estuvo vivo durante medio partido sin más argumento que las matemáticas, la cábala y la probabilística. En el campo Grecia nunca fue un aspirante real. Rehhagel volvió a jugar en su campo y en función del rival.
Con su plan vivió y con él murió: acumuló hombres en defensa y en la zona de tres cuartos rival. Y su equipo basculó y destruyó aupado por la poca necesidad de una Argentina en algunas fases abúlica pero que rajaba la armadura rival en cuanto pisaba el acelerador. Tras las tablas del descanso y con un ojo puesto en el Nigeria - Corea, Grecia fiaba su destino a los balones largos a un Samaras completamente abandonado a su suerte. El esforzado delantero la tuvo nada más volver de vestuarios y ahí acabó el equipo heleno, rematado por las lesiones de Karagounis y Katsouranis.


En cuanto Grecia liberó mínimamente a su presa, Argentina mordió y selló un resultado que le sirve para adornar su clasificación con el pleno: nueve puntos sobre nueve. Pero sobre todo le sirve para mandar otro aviso a sus rivales. Tras las dudas y las críticas ha llegado al Mundial con un plan mejor estructurado de lo previsto, con las ideas claras y un concepto de juego centrado en su tradicional competitividad, en sus galones y en el valor de un ejército demoledor en campo rival. Un equipo liderado por Messi, que tampoco descansó y tampoco marcó.
En el día en el que se esperaba un guiño del destino, 24 años después del gol de Maradona a Inglaterra, Messi asumió la capitanía albiceleste y fue otra vez faro absoluto del juego. Su calidad apareció con cuentagotas pero dejó los mejores detalles del partido: conducción, quiebros y remates marca de la casa. Otra vez se encontró con el portero rival y otra vez se encontró con el poste. Y quizá eso sea otra mala noticia para los rivales de Argentina: Messi, fino y relajado, parece estar guardándose los goles para la fase definitiva del campeonato.

Del partido saca Maradona la constatación de que tiene un equipo que confía a muerte en su plan y de que ha dado con la tecla al centrar a Messi y usarlo de lanzadera entre una zona de creación algo lenta y un ataque supersónico, demoledor. Y saca las buenas sensaciones que dejaron jugadores como Clemente, perseverante en la izquierda, un Bolatti cómodo pero algo tímido en el '5' y un Agüero que fue el mejor del primer tiempo y que pudo marcar en dos ocasiones. El 'Kun' aprovechó mejor la oportunidad que un Milito siempre inteligente en sus movimientos pero poco participativo y quizá su papel en el Mundial apunte a más importante del que se preveía. Como el de Argentina, ahora mismo uno de los candidatos más firmes y con más argumentos para convertirse en campeón.


En paralelo Grecia se hartó de perseguir rivales y bajó los brazos y Argentina pisó el acelerador lo justo. Ya jugaban Di María y Pastore, y Messi forzó lo justo para lavar la cara de un partido de perfil hasta entonces absolutamente bajo. Demichelis remachó en el área pequeña el primer gol y el segundo, tras jugada de Leo, lo fusiló Palermo. Otro capricho de Maradona que salió a pedir de boca. Así está siendo el Mundial para Argentina: cuesta abajo y feliz, una balsa de aceite alejada de la histeria en la que viven otros aspirantes. Ahora llega la hora de la verdad y México es la primera parada con fuego real en el camino de la albiceleste. La hora de la verdad, justo cuando el suelo puede desaparecer debajo de los pies. Será el sábado y será a máxima presión, las antípodas de lo vivido ante Grecia. El momento de demostrar que es la hora de Messi, la hora de Argentina.

ESTADISTICAS

Grecia: Alexandros Tzorvas; Sotirios Kyrgiakos, Loukas Vyntra, Avraam Papadopoulos, Vassilis Torosidis (Patsa, m.55); Vangelis Moras; Alexandros Tziolis, Sokratis Papastathopoulos, Giorgos Karagounis (Spyropoulos, m.46), Costas Katsouranis (Ninis, m.54); Georgios Samaras

Argentina: Sergio Romero; Nicolás Ottamendi, Martín Demichelis, Nicolás Burdisso, Clemente Rodríguez; Maxi Rodríguez Di María, m.63), Mario Bolatti, Juan Sebastián Verón; Sergio Agüero (Javier Pastore, m.77), Lionel Messi y Diego Milito (Martín Palermo, m.80).

Goles: 0-1, m.77: Demichelis; 0-2, m.89: Palermo

Árbitro: Ravshan Irmatov (UZB), amonestó al griego Katsouranis y al argentino Bolatti.

Incidencias: Tercer encuentro de la primera fase del Mundial de Sudáfrica disputado en el estadio Peter Mokava de Polokwane ante unos 40.000 espectadores

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