Fuente: as.com
La igualdad entre los equipos que viven en las antípodas de la Liga (rozar el título, acariciar el descenso) se explica por las circunstancias de uno y las prestaciones del otro. Al Barcelona le suponía la incomodidad metida con calzador en pleno trance europeo. Le obligaba a un esfuerzo que ni siquiera le apetecía y le sometía por el peaje Champions a jugar con una versión mínima de sí mismo.
Fuera de acción Iniesta, entre algodones Abidal y sancionado Alves (buena razón para rotar), tampoco eran titulares Piqué, Busquets, Messi o Pedro. Con eso, Xavi inamovible acumulando kilómetros y horario extraño por madrugador, se jugaba la Liga, aunque costaba darse cuenta, el Barcelona. El Xerez, mientras, apuró sus opciones con pasión y estilo, un ejemplo para muchos que han pasado por el Camp Nou acomplejados, travestidos, con los bolsillos llenos de excusas.
Gorosito, que ve gigantes en vez de molinos, llegó a la Liga bajo sospecha. Su nombre, algún apodo sugerido, su equipo de colaboradores, hasta su peinado... con todo eso el argentino ha hecho un ejercicio de resurrección que quizá no alcancé para el milagro de la salvación pero sí constituye una bonita historia de fútbol.
El partido del Barcelona pasó de lo plácido a lo histérico y de vuelta a la calma. Del Inter a la zozobra al Inter, siempre el equipo de Mourinho en el subconsciente. Tras unos minutos de sesteo, el Barça se activó a partir de Xavi, cuya libertad fue el principal pecado (a la larga capital) del Xerez.
Márquez vive a años luz de su mejor versión en un estado de forma que apunta a declive. Está lento y poco autoritario. Chygrynskiy estuvo literalmente horrible. Falló en el gol (golazo) de Bermejo. Poco antes regaló una cesión intolerable que Valdés salvó por instinto y durante todo el partido extravió cada pase largo en una demostración de que hasta en lo que se le suponen virtudes anda abandonado. Los dos están a años luz de Puyol y Piqué y lejos de Milito, y juntos fueron un revoltijo impreciso y nervioso que contagió a todo el equipo.
Con Piqué el Barcelona ya no sufrió atrás y con Messi hubo algo de animación con ocasiones de Keita y Touré. El Xerez acabó con nueve (se fueron Orellana y Alustiza) en un final afeado por Muñiz. Tras el pitido final, los jugadores del Barça se enfundaron camisetas que solicitaban a la afición su apoyo en la madre de todas las noches europeas, la del miércoles ante el Inter. Esa imagen resume un partido que el Barcelona jugó, desde la alineación y durante los 90 minutos, con la mente puesta en lo que está por venir. Será seguro, sueño o pesadilla, algo grande.
INCIDENCIAS
Barcelona (3): Váldes; Puyol, Márquez (Piqué, min.52), Chygrysnkiy, Maxwell; Xavi, Keita, Touré Yaya; Jeffrén (Messi, min.52), Ibrahimovic y Henry (Bojan, min.74).
Goles: 1-0, min.14: Jeffrén. 2-0, min.24: Henry. 2-1, min.25: Mario Bermejo. 3-1, min.56: Ibrahimovic.
Árbitro: César Múñiz, del comité asturiano. Mostró cartulina amarilla a Aythami (min.17), Víctor Sánchez (min.27), Casado (min.68), Orellana (min.72), Bojan (min.79), Renán (min.82), Bermejo (min.83), Moreno (min.88) y Gioda (min.90). Expulsó con roja directa a Alustiza (min.90) y Orellana (min.91).
Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de la Liga disputado en el Camp Nou ante 82.456 espectadores, según datos facilitados por el club azulgrana. Se guardó un minuto de silencio en memoria del que fue durante dos décadas presidente del COI, Juan Antonio Samarach
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